Apoyo Financiero en Europa. Cómo, por qué y qué esperar a continuación

Después de un año y medio en la era post-covid, parece que estamos volviendo, lenta pero inexorablemente, a una cierta normalidad en la que, aunque las mascarillas siguen siendo la norma, puedes empezar a quitártela, los viajes están reviviendo y los toques de queda parecen ser una pesadilla del pasado.

Esta vuelta a la normalidad también se aplica a las finanzas y la economía. Las economías de la eurozona se están recuperando del golpe que recibieron en marzo de 2020 y el BCE ha insinuado una ralentización y eventual interrupción del Programa de Compras de Emergencia para la Pandemia (PEPP) que iniciaron al principio de la misma.

¿Qué es el Programa de Compras de Emergencia para la Pandemia (PEPP)?

El PEPP es una medida de política monetaria no estándar que se puso en marcha en marzo de 2020 en medio del brote del covid. Su objetivo era contrarrestar los riesgos de desaceleración económica de las economías europeas mediante una política monetaria agresiva.

Estamos hablando de un Programa de Adquisición de Activos (APP) temporal de valores del sector privado y del sector público destinado a alterar indirectamente el comportamiento de endeudamiento y gasto del sector privado, así como a abordar los posibles problemas de liquidez que pudieran surgir. Todas las clases de valores admisibles en el APP tradicional lo eran también en el PEPP. Además, incluía una exención de los requisitos de admisibilidad para los valores emitidos por el Gobierno griego. El plazo de vencimiento mínimo admisible se redujo a 70 días, mientras que el plazo de vencimiento máximo admisible para las compras de valores del sector público se fijó en 30 años y 364 días. Además, se amplió la elegibilidad del papel comercial no financiero en el marco del Programa de Compras del Sector Corporativo (CSPP) para incluir valores con un vencimiento restante de al menos 28 días

Inicialmente, el PEPP iba a disponer de €750 billones para estas compras. Sin embargo, el 4 de junio de 2020, el Consejo de Gobierno decidió asignar €600 billones de euros adicionales y, el 10 de diciembre de 2020, otros €500 billones de euros. La suma total del PEPP acabaría ascendiendo a €1.850 billones.

La duración del PEPP se especificó al principio, con el BCE declarando lo siguiente «el Consejo de Gobierno pondrá fin a las compras netas de activos en el marco del PEPP una vez que considere que la fase de crisis COVID-19 ha concluido, pero, en cualquier caso, no antes de finales de marzo de 2022».

Antecedentes financieros y qué ha implicado el PEPP

El BCE ya estaba llevando a cabo una estrategia de Quantitative Easing (QE) cuando comenzó el brote de COVID-19. Este programa de QE comenzó en marzo de 2015 y su principal objetivo era evitar una inflación por debajo de cero en la eurozona en un momento en que las economías aún se estaban recuperando de la crisis de la deuda de la eurozona. En este programa QE, el BCE compró deuda pública y corporativa, valores respaldados por activos y bonos cubiertos, a un ritmo de 1,3 millones de euros por minuto.

A mediados-finales de 2019 el programa de QE se había estabilizado, y el balance del BCE no aumentaba, sino que se mantenía constante (ver gráfico debajo). Lo que implicó el PEPP fue una repentina reanudación y aumento del programa de QE. Como puede observarse en el gráfico, el ritmo de aumento del Balance del BCE -que consiste en todos los bonos, deuda corporativa, valores respaldados por activos y otros activos financieros- fue algo nunca visto. De hecho, en un año el Balance del BCE casi se ha duplicado, ascendiendo actualmente a €8.191 billones.

¿Cómo funciona el PEPP?

El PEPP ayuda a las personas y a las empresas a acceder a los fondos asequibles que necesitan para capear la crisis y es un complemento de las demás medidas de política monetaria ya aplicadas.

El PEPP permite al BCE comprar los activos mencionados anteriormente en los mercados financieros, haciendo que sus precios suban, e implícitamente, el tipo de interés del mercado baje. Esto hace que los préstamos sean más baratos para las empresas, los gobiernos y los particulares. Es una política expansiva que ayuda a mantener estable el endeudamiento, el gasto y la inversión a pesar de la crisis causada por la pandemia.

Además, el PEPP pretende impulsar el crecimiento económico y la inflación mediante la incentivación del consumo y la inversión y, en definitiva, la reactivación de la economía.

Cabe mencionar que el PEPP, aunque similar al Programa de Adquisición de Activos (APP) regular, tiene algunas características únicas. Éstas son:

Es flexible. En qué tipo de activos compran, cuándo lo hacen y en qué países. Esto permite al BCE responder rápidamente a los cambios en el entorno financiero o económico para preservar las mejores condiciones de financiación. Como puede verse en el gráfico anterior, el ritmo del programa se ha estabilizado en torno a la marca de €80 billones de euros en los últimos meses. Sin embargo, la cantidad que han desembolsado cada mes ha ido variando a lo largo del periodo analizado. Esto ha permitido al BCE mantener unas condiciones de financiación óptimas durante una de las peores crisis a las que se ha enfrentado la zona del euro.

Es escalable. La dotación inicial era de €750 billones y se ha aumentado a €1.850 billones. Esta cantidad puede aumentarse o reducirse según sea necesario para mantener unas condiciones de financiación favorables. Hasta ahora se han desplegado aproximadamente €1.350 billones. Por lo tanto, a menos que el programa se acorte, todavía pueden comprar activos por valor de €500 billones.

Es temporal. Se ha creado específicamente para contrarrestar el impacto de la crisis del coronavirus en la eurozona y se llevará a cabo hasta, al menos, marzo de 2022 o hasta que el Consejo de Gobierno considere que la crisis ha terminado.

¿Cuál ha sido el resultado del programa hasta ahora?

El Programa PEPP ha impulsado los mercados de bonos de la región, ayudando a mantener los rendimientos cerca de los mínimos históricos, incluso cuando los gobiernos emitieron cantidades récord de deuda para sortear la crisis pandémica. Las economías de la eurozona han podido capear el temporal gracias a este sistema de «soporte vital» para las economías y los mercados que ha sido el PEPP. Las economías han podido recuperarse en forma de V y el consumo se ha reactivado rápidamente gracias a la política monetaria laxa unida al PEPP, que ha incentivado a los agentes financieros a pedir préstamos y a prestar. Sin embargo, esto también tiene un coste, el balance del BCE expresado como porcentaje del PIB de la zona euro se ha disparado, llegando al 70% en la última lectura de agosto.

Balance del BCE en % del PIB de la Eurozona

¿Que se puede esperar ahora?

Un año y medio después del inicio de la pandemia y del PEPP, las economías están experimentando tasas de crecimiento del PIB récord, cifras de desempleo en descenso y cifras de inflación récord. Todas estas cifras apuntan en una dirección: podría ser el momento de empezar a pensar en ralentizar -y eventualmente detener- el Programa PEPP.

En la última semana, Francois Villeroy (Gobernador del Banco de Francia) ha insinuado que, dado que la evolución de los mercados es mejor de lo esperado, y con el fin de preservar las condiciones óptimas de financiación y contener la inflación, podría ser posible una reducción del ritmo de compras de activos del PEPP en los próximos meses.

¿Significa esto que el PEPP se detendrá en el cuarto trimestre de 2021? No, significa que las compras mensuales de €80 billones de euros podrían reducirse. El final del Programa está aún por discutir en función de la evolución de los mercados y las economías de la zona euro. Sin embargo, este tapering será ‘dovish’, ya que siguen permaneciendo flexibles para aumentar el ritmo si las condiciones de financiación se endurecen de nuevo. Asimismom, las políticas monetarias seguirán siendo acomodaticias, incluso después de que el PEPP termine el próximo año. Cabe recordar que el PEPP se desarrolla en paralelo al APP que ya se estaba llevando a cabo en el programa QE del BCE. Por lo tanto, incluso después de que el PEPP termine el próximo año, el APP seguirá funcionando a su ritmo normal.

¿Cómo han reaccionado los mercados y cómo lo harán en el futuro?

En el momento de redactar este artículo, los inversores de la eurozona han reaccionado a esta noticia valorando un cierto riesgo de tapering en la reunión de septiembre del BCE. El rendimiento de los bonos alemanes a 10 años subió a menos 0,36%, frente a menos 0,5% hace dos semanas, lo que refleja una caída de los precios. El rendimiento de los bonos de referencia de Italia subió al 0,712% desde su mínimo del mes pasado, el 0,513%. Los expertos afirman que hay margen para una nueva venta, pero el diferencial entre los costes de los préstamos alemanes e italianos se ha incrementado muy poco. Es decir, no hay indicios de que aumente la presión en las naciones más endeudadas.

En cuanto a lo que ocurrirá en el futuro, es una gran pregunta para la que no hay una respuesta clara. Los mercados son imprevisibles -especialmente en las circunstancias actuales- y la reacción a la ralentización y eventual paralización del PEPP es aún desconocida. Por eso, el BCE quiere que este proceso sea lo más lento y suave posible, para que los mercados tengan tiempo de digerir la noticia sin mayores sobresaltos.

 

Alexandro López Rodríguez

 

Fuentes: ECB, Bloomberg, Reuters, Financial Times, elEconomista, Investing